Educación La Ciudad | Autor: Lic. José Luis Dranuta | 25-06-2018
Práctica Profesional: hacia el mundo del trabajo
En Mar del Plata hay experiencias sostenibles

Si nuestra sociedad ha mostrado un lado flaco respecto a la juventud es, sin duda alguna, la inserción de sus elementos en el mundo laboral. Históricamente la escuela se situaba a años luz de la realidad y los alumnos no podÃan cambiar el chip, e intentaban trasladar los vicios, usos y costumbres del cole al seno de los entornos laborales. Opiniones de gerentes de empresas y de responsables de recursos humanos solÃan ser terminantes respecto al tema. Con absoluta coincidencia declamaban problemas en términos de baja calificación laboral, cuestionable aptitud escasa actitud.
El mercado laboral reclama nuevos profesionales, jóvenes y calificados pero la escuela no está en condiciones de entregárselos. A su vez la desocupación no cede (decimales más o menos) en torno al 10 % a nivel nacional, pero las empresas tecnológicas, por caso, o las startups no consiguen mano de obra calificada para cubrir sus demandas de recursos humanos.
El cambio, legítimo y necesario, debe ser de paradigmas y nuestro país ha tomado cartas en el asunto, al menos desde lo legal. La ley 26427, sancionada en noviembre de 2008 y promulgada el 18 de Diciembre de 2008 dice en su Artículo primero “Créase el Sistema de Pasantías Educativas en el marco del sistema educativo nacional para los estudiantes de la Educación Superior (Capítulo V, Ley 26.206) y la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos (Capítulo IX, Ley 26.206) y de la Formación Profesional (Capítulo III, Ley 26.058), en todos los casos para personas mayores de DIECIOCHO (18) años a cumplirse en empresas y organismos públicos, o empresas privadas con personería jurídica, con excepción de las empresas de servicios eventuales aun cuando adopten la forma de cooperativas”.
Es una ley avanzada en mucho aspectos, aunque de hecho se han producido tensiones en su aplicación en el sistema educativo que no está técnicamente preparado para aplicarla en términos concretos y en las empresas, las que no terminan de entender el valor implícito de la bajada pedagógica en la formación laboral como paso previo a la incorporación de mano de obra técnicamente calificada.
Los objetivos del sistema de pasantías educativas son lograr que los pasantes:
* Profundicen la valoración del trabajo como elemento indispensable y dignificador para la vida, desde una concepción cultural y no meramente utilitaria
* Realicen prácticas complementarias a su formación académica, que enriquezcan la propuesta curricular de los estudios que cursan;
* Incorporen saberes, habilidades y actitudes vinculados a situaciones reales del mundo del trabajo
* Adquieran conocimientos que contribuyan a mejorar sus posibilidades de inserción en el ámbito laboral
* Aumenten el conocimiento y manejo de tecnologías vigentes;
* Cuenten con herramientas que contribuyan a una correcta elección u orientación profesional futura
Entonces los nuevos desafíos son múltiples y no menos importantes para todos los actores, toda vez que la escuela es responsable de generar “el diseño de un proyecto pedagógico integral de pasantías a nivel institucional, como marco para celebrar convenios con las
empresas u organismos en los que se aplicará dicho sistema” (Art.5) y a su vez la empresa deberá proveer el ámbito físico y lógico para que se desarrollen actividades laborales de carácter pedagógico y formativo: la Práctica Profesional no es la mera contratación de empleados sin derechos para realizar tareas de baja calificación ni es un repositorio de alumnos a los que se los envía sin más a cumplir un rol poco claro. En todo caso el trabajo del docente coordinador en el campo es fundamental, guiando y apoyando la tarea del alumno en otro escenario. Lo deseable de la práctica profesional es que la misma se desarrolle en un ambiente externo al establecimiento educativo.
Es importante saber que la Ley contempla además, este rol. En su artículo 17 dice que “el docente guía por parte de la institución educativa y el tutor por parte del organismo o empresa, en el marco de lo establecido en el artículo 5º, elaboran de manera conjunta, un plan de trabajo que determine el proceso educativo del estudiante para alcanzar los objetivos pedagógicos”.
La última “vuelta de tuerca” tiene que ver con el trabajo en equipo. La escuela rara vez sale de su ámbito para relacionarse con una empresa en términos de productividad y rendimiento y la empresa desconoce los caminos para ingresar al ámbito educativo. Los directivos de los establecimientos educativos suelen venir de carreras en educación y, aunque están plenamente capacitados para llevar una escuela adelante, ignoran principios básicos del funcionamiento de las empresas, que en su mayoría son privadas. Acercar a las partes, propiciar jornadas de intercambio de saberes y elaborar propuestas conjuntas, con seguimiento progresivo y evaluación por objetivos, puede ser el principio del puente que, definitivamente debemos construir entre los distintos sectores involucrados para conectar las partes a través del vacío que históricamente hubo en el medio, entre ellas.
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