| Autor: Redacción | 18-03-2018
Francisco visitó Pietrelcina, cuna del Padre Pío
Pidió el Nobel de la Paz para los ancianos
El papa Francisco viajó el sábado 17 de marzo a Pietrelcina y San Giovanni Rotondo, dos localidades del sur de Italia ligadas a la vida del Padre Pío, el “santo de los estigmas”.
La visita apostólica coincidió con el centenario de las apariciones de los estigmas de san Pío de Pietrelcina y el 50 aniversario de su fallecimiento.
Francisco arribó en helicóptero a Pietrelcina, ciudad natal del santo, donde visitó su capilla y el olmo de los estigmas, y luego mantuvo un encuentro con los fieles en la explanada adyacente.
El Papa destacó que “en esta comunidad él templó su propia humanidad, aprendió a orar y a reconocer en los pobres la carne del Señor, hasta que creció en el seguimiento de Cristo y pidió ser admitido entre los Frailes Menores Capuchinos, convirtiéndose de tal modo en Fray Pío de Pietrelcina”.
"El era hijo devoto de la Iglesia, amaba la Iglesia, con todos sus problemas, con todos nuestros pecados, todos somos pecadores, nos avergonzamos... El amaba a la Iglesia santa y a los hijos pecadores", recordó.
Tras afirmar que "San Pío nunca renegó de su país, nunca renegó de sus orígenes, nunca renegó de su familia", y señaló que hasta él, que recibió los estigmas de la Pasión, "temía caer en el pecado, sentía la presencia del demonio. Y eso no da paz".
Francisco habló también de la despoblación de esta zona por la migración interna de "muchos jóvenes que marchan para encontrar trabajo", al pedir que "recemos para que puedan encontrar trabajo aquí".
“La intercesión de su santo conciudadano sostenga los propósitos de unir las fuerzas, para así ofrecer sobre todo a las jóvenes generaciones perspectivas concretas para un futuro de esperanza. Que no falte la atención solicita y llena de ternura a los ancianos, patrimonio incomparable de nuestras comunidades”, agregó.
"No marginen a los ancianos, son la sabiduría de un pueblo. Cuando he llegado he podido saludar a un jovencito de 99 y a una señorita de 97. Hablar con ellos, son patrimonio de nuestra comunidad. Habría que pedir el Premio Nobel a los ancianos, que dan memoria a la humanidad", sugirió.
Por último, Francisco instó a cuidar como un tesoro precioso el testimonio cristiano y sacerdotal de san Pío de Pietrelcina, y anheló que este “sea para cada uno de ustedes un estímulo para vivir en plenitud su existencia, siguiendo el estilo de las Bienaventuranzas y con las obras de misericordia”.