| Autor: Redacción | 10-09-2017
Francisco en Cartagena de Indias
Viaje apostólico a Colombia
Tras su arribo a Cartagena, el Papa Francisco se dirigió a la Plaza San Francisco de AsÃs y bendijo la primera piedra de las casas para los habitantes de la obra Talitha Qum, comprometida en la recuperación y prevención del turismo sexual de niñas y jóvenes.
El Sumo Pontífice fue recibido con vítores, pañuelos blancos y alegres canciones interpretadas por los niños y habitantes del lugar.
La Casa Talitha Qum cuenta con el apoyo de la Arquidiócesis de Cartagena, acoge a unas 37 niñas entre los 9 y 15 años y con el programa “María revive”, que además se preocupa de la gente sintecho, trabajan la prevención del tráfico de personas, abuso sexual y prostitución.
Al recibir al Santo Padre, la Hermana Blanca de Talitha Qum dijo que “estas niñas y adolescentes desean, con todo el corazón, ser mujeres dignas de vivir en nuestra sociedad. En Cartagena escuchamos mucho sobre el turismo sexual y sobre todo infantil en la esfera de la prostitución y explotación de quienes apenas viven la edad de la inocencia y son sometidas a la terrible esclavitud de la prostitución”.
“Papa Francisco, denos su voz de aliento a este esfuerzo que hacemos como Iglesia para proteger cada día a más a estas niñas en riesgo y en esta situación. Gracias por su visita. Nos sentimos felices con su bendición”, agregó.
Del programa “María revive” otra religiosa expresó que la insistente invitación del Papa Francisco a salir a las periferias, “ha impulsado a un grupo importante de laicos de esta ciudad a caminar junto a los hombres y mujeres que viven en la calle y no tienen oportunidad en la vida para ser felices”.
“Es una realidad de muchas caras y sobre todo caras ocultas. Denos su voz, su aliento y su bendición para seguir en este camino emprendido de ir al encuentro a quien ha sido excluido y rotulado por esta cultura con el feo nombre de descartados”.
Luego de estas palabras, el Santo Padre pronunció la oración de bendición de la primera piedra y se despidió para dirigirse a la casa de la señora Lorenza de 77 años que prepara comida para los vecinos en un comedor comunitario del barrio San Francisco.