EDITORIAL | Autor: redacción | 11-06-2022
Es añudo reempujar...
Al fin
En el Gobierno dudan de la efectividad de los guiños de Alberto Fernández a Cristina Kirchner para acercar posiciones. Nadie duda de que las expresiones de apoyo a la postura de la Vicepresidenta, de parte del Presidente y de Guzmán, hayan sido un intento de calmar las aguas, al igual que el impulso a la ley de renta inesperada. Pero diagnostican que los gestos son inútiles.
Algunos dirigentes del ala moderada del Gobierno -aunque para sus adentros- le agradecieron al presidente de La Anónima, Federico Braun, el polémico comentario que deslizó en el foro anual de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) sobre el manejo de la inflación en el mundo empresario. Al tocar de manera irónica la fibra que más preocupa al electorado y, por extensión, oficialismo, el supermercadista le permitió al círculo del Presidente retomar, por unos días, la vieja táctica de buscar un enemigo en común para aglutinar a los propios. Sin embargo, hasta los más fieles al Presidente descreen de que esa movida vaya a tener efecto, y el discurso que dio Máximo Kirchner hoy pidiendo que se trabaje en crear “realidades” en lugar de “crear expectativa” le dio la razón a quienes se mostraban escépticos sobre la efectividad de los gestos políticos en un contexto persistente de interna.
Las declaraciones del empresario, el martes en la sala de convenciones hotel Sheraton, donde AEA festejó sus 20 años -”Remarco precios todos los días”, dijo- signaron la agenda del oficialismo para toda la semana. Así lo dispuso Cristina Kirchner, simplemente, a través de un tuit. Esa misma tarde, Alberto Fernández acompañó sus palabras casi al pie de la letra, aunque sin referirse a la vicepresidenta: “Muchas veces he hablado de inflación autoconstruida, que no es otra cosa que remarcación de precios. Y si querían ver la remarcación de precios, esta mañana la vieron en AEA. No me parece responsable que se le pregunte a un empresario de esa magnitud cuál es la solución para la inflación y que su respuesta sea remarcar precios. Me parece una irresponsabilidad”, enfatizó el primer mandatario antes de partir rumbo a Estados Unidos.
En los días que siguieron, mientras las actividades en la Casa Rosada y dependencias afines se planchaban -aún más que de costumbre- por la ausencia del Presidente, otro alto funcionario se encargó de respaldar la cruzada de Cristina Kirchner. No casualmente, fue el propio ministro de Economía, Martín Guzmán, que tomó el mismo camino que Alberto Fernández, a pesar de que todos los cañones del kirchnerismo apuntan en su contra. Ese tipo de expresiones, dijo, “no deberían dar risa, sino vergüenza”, en alusión al murmullo que se instaló en el foro de AEA después del comentario de Braun. Dos días antes, el titular de Hacienda había enviado el proyecto de ley de renta inesperada que Alberto Fernández y Guzmán habían anunciado hace meses, otro guiño al ala dura.
Así las cosas... termine usted el refrán.