EDITORIAL | Autor: Andrés Maslyk | 14-05-2020
El "Baile de la Muerte"
Dale que va
Brasil nos gana por goleada, una vez más, pero en esta ocasión no se trata de fútbol ni voley ni medallas olÃmpicas: el reto de la muerte, ellos cuentan 500 por dÃa y nosotros 25. Nos derrotan en 20 veces el volumen de muertos por COVID 19, con una población entre 4 y 5 veces más grande que la nuestra. En términos relativos o ellos deberÃan tener 125 muertes diarias, para parecerse a nosotros, o nosotros tener alrededor de 100 muertos por dÃa, para asemejarnos a ellos. Números macabros, miserables, que hablan de la desidia de Bolsonaro, el presidente del paÃs vecino, junto a su equipo de incapaces y de la pericia del nuestro, más allá de las idioteces polÃticas que nos envuelven. El "Baile de la Muerte", al mejor estilo de BenjamÃn Aidoo, nos conecta con la estupidez humana en primera persona.
El el diario La Nación, días pasados, decían que "Los centennials aseguran que es la primera vez que un "meme" se vuelve masivo apenas aparece en la web. Y es cierto. Porque el baile de la muerte, donde un grupo africano hace una coreografía mientras carga al hombro un ataúd, se puede ver en continuado, en todas las pantallas, y varias veces por día. Digno de salir en los cortos de "Bendita", el programa revisionista de la TV del legendario Beto Casela, este particular pasito nos muestra que para adelante y para atrás, la muerte nos lleva igual, por delante, a los previsores y a los irresponsables. Hoy la diferencia estriba en la cantidad.
Mientras el baile cobra más adeptos, y el grupo autor cobra de 350 dólares para arriba, según el tipo de ropa que use en el cortejo, esta idea que en principio parecía totalmente fuera de lugar se convirtió en un éxito, y logró que Aidoo y los suyos puedan vivir de llevarla a cabo.
El dueño de esta ocurrencia se mostró muy feliz de que la misma haya recorrido el mundo, lo que es lógico si se tienen en cuenta las repercusiones comerciales que esto conlleva. El dueño del COVID 19, que técnicamente no sabemos bien quién es, no creo que se encuentre en la misma situación. Un virus que muta, o pierde fuerza en el sur, pero se hace curiosamente bravo en los centros comerciales y de poder del mundo, nos está dando enseñanzas en tiempo record en todos los ámbitos. Avanzan las reformas educativas, económicas, y hasta los estilos de una vida fantasma, ficticia, del antes de la pandemia, del durante y del después.
La economía del tiempo puede llegar a resolverse en términos de sí misma, las naciones no serán lo mismo el día después y la sociedad va a tardar muchos años en olvidar este fenómeno. Ahora, que estamos transitando el mientras tanto, nos imaginamos abajo del féretro, dando pasitos para adelante y para atrás, en el mejor de los casos.
Y la vida sigue... por ahora.