EDITORIAL | Autor: Redacción | 11-04-2020
De números y casualidades
COVID 19
El mundo gira en torno a una pandemia que se ha cobrado, a la fecha, unas ciento diez mil vÃctimas. Se habla de dos millones de personas contagiadas y ciento diez mil muertos. Entonces, las probabilidades y los números comienzan a hacer su trabajo a diestra y siniestra. Las posibilidades de contagiarse a nivel mundial, hoy, son de uno en tres mil quinientos. De morir una vez contagiado serÃan de 0,00001428. La probabilidad de caernos en un avión de lÃnea comercial es 0,000000111, o sea uno en nueve millones. Es más fácil que nos pesquemos el COVID 19. La cosa no es tan sencilla con los accidentes de tránsito. En Argentina la chance de morir en un accidente de auto es 0,00031, decir 22 veces más de posibilidades que de morir por COVID 19. Y nadie ha dejado de conducir o prohibido la circulación de vehÃculos. La clave entonces será en respetar las reglas, si queremos conservar a vida.
Es cierto que este virus nos ha golpeado de una forma cruel. No es menos cierto que la humanidad no resuelve conflictos graves cotidianos que son muchísimo más nocivos: el calentamiento global, la contaminación de las napas por minería a cielo abierto, el deshielo de los polos, la tala del Amazonas... no parece que el COVID 19, cuando toda esta esfervescencia haya pasado, sea el itsmo que se pueda unir, para sellar la histórica grieta, ni que los gobernantes que operan la parte activa del mundo dejen de ser lo belicoso que se han mostrado hasta esta pandemia. Idiotas como Trump y Bolsonaro no van a reflexionar sobre el silencio de la tierra y los animales regresando a las ciudades que el hombre no habita por estos días.
La cuarentena va a pasar y será un recuerdo. Las bajas, muertos por el COVID 19, serán daños colaterales en una guerra por el poder que no tiene enemigos bien definidos, que se encuentra frente al fin de las utopías de las nacionalidades,y que no parecen migrar hacia una sociedad más solidaria. El médico italiano que en un triage dejó morir a un anciano para que viva una persona más jóven y el chico que irresponsablemente fue a una fiesta y contagió a más de veinte personas, produciendo la muerte de su abuelo, parecen ser la misma cosa. Aunque claramente están en esquinas opuestas de este cuadrilátero demencial.
En la ciudad de Mar del Plata, a fecha actual, las decisiones del gobierno han reducido la posibilidad de muerte por COID 19 casi 7 veces de lo que sucede nivel mundial en general. El 0,00000204 que da de analizar los casos activos, mortales y la población, son un número más que alentador, ante tanta mirada oscura.
Calculadora en mano, a seguir sacando cuentas, mientras nos quedamos en casa, a no dramatizar lo que significa esta pandemia, más del hecho social en sí mismo, y a no dejar que nos duerman con cuentos de hadas. La humanidad, al paso que venimos, no demuestra una capacidad de aprendizaje motivadora y los intereses económicos mundiales (que ya no reconocen a las naciones) no tienen apego al nuevo orden esperanzador que imaginamos.