EDITORIAL | Autor: Andrés Maslik | 17-02-2020
El mañana nunca llega
Como en el Cine de Culto
Mañana voy a verte de nuevo. La emoción de un encuentro, un año después, nos pone tensos. La tierra dio toda una vuelta sobre el punto imaginario y aquà estamos, los argentinos, incluso quien escribe, intactos como si nada hubiese pasado. Más de 50 % de inflación, con un dólar que hace un año costaba 39,91 $ y ahora ronda los 82 pesos por unidad. Con otro presidente, la vuelta de Cristina K y su banda y Macri con un cargo en la FIFA como premio a su fracaso como presidente. Pobreza cero, los brotes verdes y venÃamos bien pero pasaron cosas, las frases que van a quedar en la memoria, un año después, como si el tiempo no fuera. El mañana nunca llega, o tal vez, el ayer nunca nos abandona.
Otro gobierno manda en la nación, la provincia y la ciudad. La gente pateó el tablero pero nada parece haber cambiado demasiado, o nada sucede, en contradicción a lo que reza Wislawa Symborska en su poema que le valió el Nóbel de literatura: "Nada sucede dos veces".
¿Hace un año creíamos en el amor? Puede ser, pero hoy menos, sin duda ¿Es posible un país distinto? Si siempre suceden las mismas cosas, cíclicamente, y respondemos de igual forma a los mismos estímulos, considero difícil que algo cambie. Para los ricos el mañana nunca llega, porque es un sueño quimérico que consume lo poco de lucidez que se puede tener cuando no existen necesidades mundanas. Para el pobre el mañana queda muy lejos, sobretodo si esta noche se van a ir a la cama sin cenar, o con los colchones empapados después del temporal.
La droga, los barrabravas, los punteros políticos, las organizaciones barriales truchas, los sindicatos saben de esto. El mañana nunca llega. Los argentinos en general no sabemos, ni queremos saber, si el mañana llegará.