EDITORIAL | Autor: redacción | 21-01-2019
Anda desubicado
El nene siempre nos trae problemas
SerÃa muy edificante para esta alicaÃda sociedad marplatense que los dirigentes se comportasen de forma respetuosa de la ley en sus funciones y cuando, fuera de ellas, se mueven como ciudadanos por esta urbe. El caso de Guillermo "Guillermito" Arroyo, el hijo del intendente, a la sazón concejal, con un sueldo más que abultado y las mieles del poder que lo rodean, es más que emblemático. En el partido de Aldosivi - Boca, el Domingo por la noche, se lo vio con una capucha, fumando en la platea techada alta y ocupando un espacio prohibido durante el encuentro, como lo son las escaleras de acceso a las plateas y los pasillos. Claro que las normas municipales parecen estar vigentes sólo para los ciudadanos comunes, vale decir, no iluminados por el poder. Para muestra basta una pequeña actitud: un tipo que puede ignorar e incumplir normas que le exige a otro ciudadano no puede tener nada bueno detrás. Es asà de duro y conceptual: se es o no se es respetuoso de la ley. Guillermito no la respeta. Su padre, creemos desde está editorial, tampoco.
El partido era entretenido. Guillermito parece ser de Boca. Entonces seguía palmo a palmo el match desde una baranda en donde está prohibido hacerlo, obstruyendo la visión de los plateístas que, legítimamente, querían hacerlo desde sus butacas por las que habían pagado unos 1000 pesos.
La policía de la provincia que vigilaba el sector, seguramente ignoraba de quién se trataba, por lo que no creo que hablemos de privilegios: simplemente de ignorancia. La misma ignorancia que acompaña a quien, por un período de cuatro años, es responsable de la legislación de ordenzanzas y de las tasas que pagamos los vecinos. Usted dirá y con razón, que esto es una falta menor. Digamos, un pecado venial al lado de la máquina de hacer billetes que se robó Boudou. Pero la honestidad y el respeto por las leyes no debe negociarse, mucho menos, con quienes ocupan funciones de gobierno.
Boca ganaba 2 a 0 a esas alturas, y terminaba el primer tiempo de un partido que iba a concluir con el triunfo del Xeneixe por 2 a 1. Poco importaba ya. En lo personal no pude dejar de recordar una charla que tuve con el presidente de la Fundación INCYDE, en España, allá por el año 2009. Cuando este señor me explicaba por qué, desde la Unión Europea, no llegaban ayudas sociales a nuestro país, en términos de know how para las empresas: "La Argentina es un país de violadores, el que menos, viola una senda peatonal, un pare, o un semáforo en rojo". Confieso que hoy debería decirle a Don Ramón que estaba absolutamente en lo cierto. Tal vez Don Carlos Fernando I dijera, off de record "este nene siempre me trajo problemas..."