EDITORIAL | Autor: redacción | 11-09-2018
Un desastre
Que la cuenten como quieran
Nos permitimos robarle la frase al locutor que presenta a Aldosivi cuando juega de local, pero para aplicarla al contexto social económico de nuestro paÃs. Que la cuenten como quieran, esto es un desastre. No hay forma de atajar los precios y la canasta básica para una familia en Mar del Plata ronda los 20.000 pesos mensuales. Los sueldos, congelados o depreciados, no alcanzan a cubrirla, entonces los trabajadores dejan de ser de la clase trabajadora para ser pobres. Asà de sencillo. Y los pobres pasan a ser indigentes y los indigentes a morirse da hambre o enfermedades, con un estado que mira para el costado para no fastidiar a los mercados.
Siguiendo con la metáfora de Aldosivi, el grito de aliento es como el "sí se puede" de aquella campaña tan lejana en el tiempo, all+a po 2015. Hoy en día, mientras nos debatimos entre el ser y el parecer, con cortocircuitos entre los gobiernos nacional, provincial y municipal, las oportunidades se fueron, el descontento ganó y la gente empieza a susurrar el "que se vaya de una vez". A la corruptela de la década pasada se suma este dislate de inadaptados sociales, tilingos y conservadores, que no aciertan y lastiman a la ya muy lastimada sociedad.
Mientras tanto, salimos a la cancha y jugamos con un equipo del que no conocemos la columna vertebral. Argentina del 2018, como en el mundial, un equipo caótico, sin talento y desorganizado.
Aldosivi, en cambio, desea ser otra cosa, aunque hasta ahora sólo haya obtenido el cincuenta por ciento de los puntos. Que lo cuenten como quieran, esto es, un desastre.