EDITORIAL | Autor: redacción | 23-06-2018
Nosotros, que nos queremos tanto
Arroyo ahora es querido por Vidal
A veces la polÃtica es tan inexplicable que produce náuseas. Asà de expresivo, una fuente cercana al intendente, nos explicaba el por qué del acercamiento entre Vidal y Carlos Arroyo. Necesitan votos y "Fernando" es un gran aportante en la quinta sección electoral. Criticado y vilipendiado por propios y ajenos, el Intendente de Mar del Plata se mantiene firme, persistente en el tiempo, ante un escenario de tanta mediocridad polÃtica. Los que conocen de cerca el funcionamiento de la municipalidad saben de los errores y horrores de esta gestión. Es casi inexplicable que este personaje de la polÃtica siga teniendo adeptos. Pero Mar del Plata tiene estas cosas y "Mariu", frustrada y no menos mediocre que buena parte de su gobierno, echa mano de lo que hay, y lo que hay es Arroyo.
A veces la política es tan inexplicable que produce náuseas. Así de expresivo, una fuente cercana al intendente, nos explicaba el por qué del acercamiento entre Vidal y Carlos Arroyo. Necesitan votos y "Fernando" es un gran aportante en la quinta sección electoral. Criticado y vilipendiado por propios y ajenos, el Intendente de Mar del Plata se mantiene firme, persistente en el tiempo, ante un escenario de tanta mediocridad política. Los que conocen de cerca el funcionamiento de la municipalidad saben de los errores y horrores de esta gestión. Es casi inexplicable que este personaje de la política siga teniendo adeptos. Pero Mar del Plata tiene estas cosas y "Mariu", frustrada y no menos mediocre que buena parte de su gobierno, echa mano de lo que hay, y lo que hay es Arroyo.
Así las cosas, los marplatenses dependemos de la relación de Arroyo con el poder provincial y nacional. Bienvenido sea que lo acepten entre los favoritos, a lo mejor, de esta cuestión, surjan ventajas para Mar del Plata como comunidad.
Pero es enervante que nos tomen por tontos ¿O es que realmente lo somos? María Eugenia Vidal comprando el regalo de Reyes para sus niños por la calle Güemes es casi una ofensa a la inteligencia media del ciudadano que vota: esta foto también.