EDITORIAL | Autor: redacción | 26-01-2018
Un pacto (fiscal) para vivir
Arroyo y su encrucijada
Un pacto para vivir, odiándonos sol a sol, revolviendo más en los restos de un amor, con un camino recto, a la desesperación; ¿desenlace? en un cuento de terror. Esto parece ser o haberse convertido nuestra comuna y su equipo de gestión, el que en palabras del intendente, hace apenas dos años "era el mejor equipo" y del que tenÃa sus nombres en reserva porque era una sorpresa. Ahora, con la realidad que inexorablemente nos pasa por arriba, odiado por los gobiernos provincial y nacional, sin crédito en los partidos opositores, Arroyo se dispone a hacer la plancha los casi dos años de gestión que tiene por delante: nosotros a sufrirlos.
Un pacto es un convenio o tratado solemne, estricto y condicional entre dos o más partes en que se establece una obediencia a cumplir uno o varios acápites establecidos en un contrato formal y en que ambas partes se comprometen a ejecutar ciertas acciones y a recibir retribuciones de la otra parte. En general, en la práctica, una de las partes suele ser más fuerte que la otra y a la debil no le queda otro remedio que aceptar las condiciones.
Así las cosas, Mar del Plata suscribe un Pacto Fiscal, tiene que reducir gastos, echar personal y acomodar las cuentas, subiendo las tasas, naturalmente. Nosotros, una vez más, deberemos pagar más y recibir menos a cambio; es lógico, porque somos la tercera pata, la más flaca, de este pacto.