Educación La Ciudad | Autor: redacción | 30-11-2013
La pibita golpeadora de la Argentina cómplice
Romperle la crisma a un docente tiene precio, para todo lo demás existe el Código de Convivencia
Si un alumno adulto le propina tres trompadas a un docente en la puerta del establecimiento recibe como sanción cinco dÃas de suspensión aplicables a partir de las vacaciones, de modo de poder garantizarle la continuidad educativa y asà quedar en gracia de la inspección que supervisa al colegio.
Pegarle a un docente no tiene precio. De haberlo sabido les confieso que yo tenía dos o tres candidatos que me dictaban historia, geografía y matemáticas allá por la década del ochenta, en mi viejo colegio Industrial. Claro que en esa época, según me dicen, era un poco distinto.
Vos te vas a acordar de mí, hija de puta, gritaba la piba chorra mientras le golpeaba la cabeza a la docente. Todos los demás miraban. La sociedad de hoy en día está preparada para mirar y para comentar. Este es uno de los beneficios de la democracia; antes, durante la dictadura, desaparecían las personas de al lado de uno y nadie veía nada. Como hoy recuperamos las libertades individuales, de hecho hace ya treinta años, podemos contar el cuento de cuando la ineficiencia de los funcionarios genera más violencia.
Todos los costados de la alicaída educación pública tienen responsables. La comunidad educativa no gusta de asumir propias culpas ni de hacer actos de desagravio contra los particulares damnificados, incluso a favor de ellos mismos.
Un equipo directivo atado de pies y manos consintió una golpiza a una docente en la puerta de un establecimiento por parte de un grupo de alumnos. Uno golpeaba mientras 5 hacían la típica rueda de presos para tapar la agresión.
Los directivos se hamacan entre el miedo, la desinformación y la complicidad con los agresores. Los inspectores se reúnen con el equipo directivo. En los colegios existe lo que se llama “Concejo de Convivencia”, que es un cuerpo democrático integrado por directivos, jefes de departamento, jefes de área, miembros del centro de estudiante que analizan y democráticamente regulan una sanción que consiste en suspender por diez días a la alumna golpeadora pero en período de receso escolar, así no pierde las cursadas. ¿Ah, que usted quiere saber cómo termina el cuento? La docente está con contusiones y fuertes dolores de cabeza y cervicales. Le hicieron dos tomografías computadas y una serie de análisis. Por supuesto que está “fuera de servicio”. Los cinco marginales, incluso la golpeadora suspendida, siguen haciendo pressing en la puerta de la Escuela de Educación Técnica Número 1 de Mar del Plata. “Pa´ que sepan quién manda acá” Y colorín colorado, el ciclo 2013 del Bachillerato de Adultos de la Escuela del Puerto ha terminado”
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