Sin olvidar a todos los que sufren violaciones y abusos de sus derechos humanos en el curso de grandes desplazamientos, y promover el respeto del derecho, las normas y los marcos internacionales.
En este contexto, la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes de Argentina, lanza un llamamiento social a las autoridades competentes y a todos los ciudadanos a no permanecer indiferentes ante esta nueva "forma moderna de esclavitud escandalosamente difundida que causa indecibles sufrimientos humanos, especialmente a propósito de la trata con fines sexuales, el trabajo esclavo, el comercio de órganos y otros flagelos que sufren hombres, mujeres y niños".
Los traficantes de seres humanos se benefician de la vulnerabilidad y la desesperación de estas personas, comercializando con ellas, vendiéndolas y lucrándose a través de la explotación de sus cuerpos y capacidades.
Para poner fin a esta práctica inhumana, es necesario proteger a los migrantes y refugiados, sobre todo a los jóvenes, las mujeres y los niños, quienes son utilizados y manipulados fácilmente por los "buitres de la trata", que se aprovechan de sus deseos de alcanzar un futuro mejor, más seguro y más digno.