Espectáculos | Autor: Redacción | 18-05-2016
En el estadio Único
Se llenó el estadio y el ex Beatle cumplió con su repertorio. Con las canciones famosas de los 4 de Liverpool, los clásicos de su banda y homenajes a sus compañeros, interactuó con el público mechando el español y algunas sorpresas.
Paul McCartney estuvo en el Estadio Unico de La Plata desde temprano. Fue hasta allí a las 18 para la prueba de sonido y luego se quedó en camarines a la espera de su gran noche, que arrancó puntualísima, a las 21.15, tal como estaba previsto. Tras tocar sin un instante de descanso desde esa hora hasta las 23.10, cuando ensayó un final para luego volver con siete temas de bis, el Beatle se subió a un auto y regresó a la Capital, donde se hospeda, para oficiar de anfitrión de un "after show" en el bar del hotel Four Seasons, Pony Line. Allí se cerraron las puertas al público desde las 1.30 a.m. para esperar a la comitiva de Sir Paul y brindarles un gran agasajo.
Durante dos horas y media, el músico hizo delirar al público con clásicos beatles, de Wings y solistas. "Buenas noches, Buenos Aires. Hola, chicos", antes de arremeter con Can´t Buy Me Love. "Estamos muy contentos de estar aquí de nuevo -dijo-. Voy a tratar de hablar español. Vamos a hacer una fiesta", propuso, al tiempo que se sacó el saco. "Escribí esta canción para mi hermosa mujer Nancy. Ella está acá con nosotros, se entusiasmó, y tocó My Valentine.
El estadio se prendió con los clásicos The Fool On The Hill, Lady Madonna, Eleanor Rigby y las 50.000 personas corearon junto a Paul y la banda ObLa Di Ob La Da.
Con el homenaje a George se vivió uno de los momentos más altos del recital, cantó su versión de Something. Antes, cuando recién transcurría la primera hora del show, John Lennon también había tenido su tributo con Here Today.
Los clásicos de Wings, Band On the Run, dio comienzo a la recta final del show. McCartney volvió a rockearla en Back in the U.S.S.R. para, inmediatamente después, emocionar desde el piano con Let It Be. De ahí, al estallido de Live and Let Die, con pirotecnia incluida, como anticipo del primer gran final con Hey Jude, cuya coda coreada por la multitud parecía querer prolongarse por siempre.
Cumplió con creces con los bices y se mostró a pleno en el escenario. Reservó Yesterday para el último bloque y se vivió la parte más alta del show que terminó casi a las 12 de la noche.
Se lució junto a su excelente banda con Hi, Hi, Hi, Birthday, Golden Slumbers, Carry That Weight y The End. Y pusieron todo en el asador, bombas, fuegos y muy buen sonido.
Después de Yesterday, en el bis, hizo subir a una nena del público, Leila, que le pidió tocar el bajo con él. Paul le preguntó sí había traído uno. Ella dijo que no. Le dieron uno y tocaron Get Back, con Paul y la nena cantando juntos . Mientras, la gente coreaba: "Olé, olé, olé, Leila, Leila...". "La pequeña argentina ", la despidió Paul McCartney en una noche de ensueño.
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