Espectáculos | Autor: Lic. Mirtha Cáffaro | 16-05-2016
Se quedó con todos los premios
La noche de la TV argentina tuvo una figura y no vamos a decir "un ganador" para no agrandar la grieta. Su labor periodística en PPT en el 2015 y sus denuncias desacreditadas y probadas en 2016 marcan la historia de nuestro país. Merecido premio. El periodismo denuncia, se documenta, describe la realidad y se puede estar de acuerdo o no.
Jorge Lanata fue uno de los últimos en llegar. Asistió a la fiesta junto a sus hijas, Lola y Bárbara. Junto a su equipo participó de la fiesta y se acercaron a recibir cada nominación convertida en premio. Un reconocimiento a su labor periodística del 2015. Denuncias que se comprobaron en los videos que dieron lugar a las actuaciones judiciales que terminaron con detencione y allanamientos.
Mientras su nombre ya sonaba como candidato firme al Martín Fierro de oro, su programa de entretenimientos tiene fecha de vencimiento.
Premios, silbidos, fracasos, proyectos, trayectoria, trabajo.
Su mensaje coherente se centró en el país que quiere para sus hijas, como cualquier mortal y sentenció, "que vayan presos los que tienen que ir".
Cada vez que subió al escenario los silbidos se hicieron oír, y también la indiferencia de la mayoría. Como si el protagonista de denunciar la corrupción del gobierno saliente fuera un personaje que inventó un relato.
El mismo Lanata marcó esa actitud de la sociedad representada en ese pobre 10% que silbaba y el 90% que callaba. Una reflexión que se contrapone a la frivolidad de la noche. Porque a pesar de que la alfombra roja, la moda, tal vez, la frivolidad de la tv, pareciera ser protagonista, si uno hila fino, la fiesta de los Martín Fierro es mucho más que eso. Homenajes a las trayectorias, mención a los maestros, a la importancia de la familia a la hora de hacer la tarea de todos los días, el apoyo, el afecto, la convivencia.
El respeto a los pares, a su trabajo, al equipo, a los que están detrás de cámaras, a los que financian, producen, dirigen, y, por supuesto, al público.
Lanata tuvo su noche y no perdió la oportunidad de mencionar a los corruptos de la política, de la justicia, del entorno K.
Para rematar el Martín Fierro de oro se lo dedicó a Crsitina que lo mira por TV.
Por suerte, la transmisión ya terminaba y los silbidos ya no se escuchaban.
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